El encanto de la Habana en la noche

Si de disfrutar noches se trata, yo prefiero las habaneras. Estuve en La Habana en una ocasión y tuve el placer de observar una puesta de sol en el Malecón Habanero y, sin lugar a dudas, ha sido una experiencia inolvidable. Conocí varios amigos allí debido al carisma de los cubanos. Gente sencilla, alegre, perseverante y hospitalaria. Compartimos canciones muy conocidas al compás de una guitarra, tragos improvisados del famoso ron Habana Club y echamos una caminata de cara a la brisa del mar hasta llegar al Túnel de La Habana, que nos condujo a la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña.

Situada a la entrada de la Bahía de La Habana, San Carlos de la Cabaña, es el complejo militar más grande construido por España en América en el siglo XVIII.  La misma tiene un área de 700 m de largo por 240 de ancho en forma de polígono. Actualmente es un museo donde se representan las tradiciones cubanas como la ceremonia militar del Cañonazo de las Nueve. Esta era una costumbre de la época colonial en la cual se disparaba un cañonazo a las 4:30 a.m. y otro a las 9:00 p.m. para informar la apertura y cierre de la muralla que circundaba a La Habana. También señalaba la puesta y retirada de la cadena que cerraba la entrada del puerto, que por aquel entonces, estaba entre los castillos de La Punta y El Morro. Actualmente la ceremonia es representada por soldados vestidos con trajes militares típicos del Siglo XVIII y forma parte de los espectáculos preferidos por los visitantes de esta ciudad. Algo así como transportarte en el tiempo y sorprenderte con el estruendoso ruido de los cañones de esa época. También fue muy refrescante disfrutar de las variedades de la coctelería cubana, así como degustar de los exquisitos platos de su comida tradicional.

La Cabaña, se encuentra a solo unos pasos de varias casas de alquiler particulares en La Habana Vieja, donde pude apreciar el confort de los inmuebles, la buena atención al cliente y la posibilidad de poder hacer amigos locales en un ambiente informal. Es una opción mejor que los hoteles estatales, si se desea conocer al verdadero pueblo cubano y disfrutar de precios más económicos.

Otra de las atracciones de esta antigua edificación es la Feria Internacional del Libro de La Habana, que se celebra cada año en el mes de febrero. Tiene como anfitrión a un país diferente, del cual podemos apreciar su cultura, costumbres, idioma y tradiciones. En esta ocasión se entrelazan la arquitectura y la cultura que van de la mano, para hacer de este maravilloso lugar una opción más para el disfrute de los viajeros foráneos y del patio, curiosos de igual manera por conocer un testimonio que está impregnado en cada uno de estos muros y que quedará imperecedero en la historia de este pueblo.

Y como la noche aún era joven, me quise dar un saltico en auto hasta el Cabaret Tropicana, muy conocido como “Un Paraíso bajo las estrellas”. En mi opinión un maravilloso lugar con magnífica música cubana, donde me pude deleitar con la variedad de ritmos musicales como: el son, el chachachá, la rumba, el mambo, la guaracha, entre otros. También disfruté de una excelente interpretación de sus bailarines que con sus pasos contagiosos me pusieron a mover las caderas. Este cabaret ubicado en las inmediaciones del municipio Playa, goza de la más prestigiosa crítica internacional por la calidad de sus ofertas, poniendo muy en alto el nombre de Cuba en los escenarios más famosos del mundo. Cuando terminé mi noche retorné a mi Habana Vieja, una ciudad inigualable por su constante movimiento.

¿Y a usted, le agrada la Habana?

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