Celia Cruz también es Cuba

A veces me quedo pensativa preguntándome cuándo fue que escuché por primera vez hablar de Celia Cruz; pero siempre me parece haber crecido con ese sabor a cubanía al escuchar un son montuno, una guaracha o una salsa en esa inigualable voz…

Me dolió que por mucho tiempo en Cuba se dejaran de radiar sus composiciones por el hecho de haber emigrado a los Estados Unidos, lamentablemente la historia de las emigraciones incide en las páginas de las decisiones de un país. Por suerte, esta etapa ya casi pasó, ahora solo perdura la ausencia de su discografía en los mercados nacionales.

Recuerdo las historias de cuando la Reina de la Salsa o Guarachera de Cuba vivía en La Habana, en el barrio de Santo Suárez: en tierra cubana creció, se preparó para ser profesora de literatura, dio clases durante algunos años; pero su vocación estaba detrás de los micrófonos.

Dice mi abuelo que comenzó su carrera luego de haber ganado un concurso de talentos conocido como «La hora del té». Este la presentaría al público que más tarde la escuchó en la radio cubana o en el club nocturno Tropicana. Ella era capaz de inundar el escenario en la primera melodía, el cartel de la Reina de la Salsa o la Guarachera se lo ganó por la fuerza y vigor que le imponía a sus representaciones. La sonora matancera, escuela de muchos artistas cubanos de gran trascendencia, fue como su casa en 1950, cuando se incorporó como vocalista de la banda. Ese fue su momento de más alto esplendor en territorio cubano.

Julio de 1960 es la fecha que marcó un nuevo rumbo, pues Celia decidió radicarse en Estados Unidos. Los torpes y obtusos vieron esta situación como un irrespeto a sus ideales; algo que no impidió que siguiera brillando, ganando la admiración de muchos, tanto en Cuba como fuera de ella.
Su producción musical continuó, y con mucha fuerza. Celia Cruz llegó a grabar unos 50 álbumes, algunos de ellos acompañada de grandes salseros, participó en la película «Los reyes del mambo» y en varias telenovelas mexicanas.

Celia firmó en la década del 70 con la casa discográfica de Masucci VAYA (Subsidiaria de Fania), lanzó su álbum «Celia & Johnny» en 1974 con Johnny Pacheco, obtuvo el disco de oro y se unió a la orquesta Fania All Stars. Esta fue la oportunidad que tuvo de visitar por el Reino Unido, Francia y Zaire.

Los que la conocían aseguran que siempre añoraba a su isla, que era inteligente y espiritual, le gustaba descansar en bata y pantuflas, y que era excelente cocinera. Desde los Estados Unidos mantuvo sus lazos con la familia y le gustaba ayudar a los demás. Para mí era esa mezcla de: una mujer picante, sencilla, vivaz y sobre todo cubana…

El lunes 21 de octubre de 2013 Google dedicó su «doodle» a ella, como homenaje a su aniversario de nacimiento 88 años, con sus características plumas y su habitual peinado. Este fue un magnífico mensaje para decirle al mundo que el arte es universal.

Celia Cruz falleció el 16 de julio de 2003, a los 78 años de edad, en su hogar de Nueva Jersey, como consecuencia de un cáncer encefálico; pero su música la convierte una y otra vez en una cubana de ritmo, de fortaleza, de ímpetu… Celia seguirá siendo por siempre Cuba.

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